Os dejo el texto introductorio a la obra.
El Evangelio según Pilatos plantea una situación original dentro de unos teóricos sucesos y personajes que a todos nos son conocidos. Poncio Pilatos, que es quien ordena, sin querer hacerlo, la crucifixión y muerte de Jesús, se enfrenta al fenómeno fundamental de la fe cristiana: la Resurrección de Jesucristo.
Es sabido que en el siglo I hubo multitud de evangelios, así como también muchas personas que se declararon el Mesías, cuya llegada anunciaba el Antiguo Testamento, la Biblia judía.
Eric-Emmanuel Schmitt, en un texto de una gran habilidad en el que mezcla lo histórico, lo legendario y lo poético, supone que el Procurador de Roma en Judea, aquel romano en tierra de judíos, escribe también su Evangelio sobre los extraños sucesos que en los años 30 de nuestra era se desarrollaron en la Judea y Galilea palestinas.
La búsqueda del cuerpo muerto de Jesús, que en nuestra obra Pilatos emprende desde que le anuncian que ha resucitado, no es más que la evidente aplicación de la razón.
La Resurrección no puede considerarse un hecho histórico. Si ya es discutida por los estudiosos la mera existencia de Jesús de Nazaret, su vuelta a la vida después de la muerte es algo completamente legendario. Pero es materia adecuada para especular sobre lo racional y lo irracional de la existencia, sobre lo conocido y lo desconocido de la vida. ¿Puede la razón explicarlo todo? ¿Cómo entender nuestra necesidad de espiritualidad, nuestros sentimientos y emociones?
Bertrand Russell afirma en “¿Por qué no soy cristiano?”: “No son los argumentos racionales sino las emociones las que hacen creer en la vida futura”.
Pero también este Evangelio que presentamos hace considerar lo asombroso de que Jesús de Nazaret, alguien que nada dejó escrito y que los historiadores judíos o romanos de la época mencionan sólo en dos o tres ocasiones y sin ninguna relevancia, se haya convertido en el personaje más importante de toda la civilización occidental y su doctrina haya impregnado la moral, las costumbres y la forma de vida de todos nosotros.
¿Hubiera sucedido todo esto sin la Resurrección? Sin género de dudas, no. La fe, la creencia irracional en la Resurrección de Jesús después de su crucifixión ordenada por Pilatos, supone el fundamento y el comienzo del cristianismo.
La extrañeza e incomprensión que nos producen las convicciones y ritos de las demás religiones, como los actos que con asombro vemos ejecutar a los musulmanes, la esperanza en la llegada del Mesías que aún aguardan los judíos, las teorías sobre la reencarnación del hinduismo o el budismo, son al menos comparables con muchos de los misterios que no se cuestionan en la religión cristiana. Y, sobre todos ellos, la Resurrección de un muerto.
De todo esto hablamos en nuestra obra. De la aplicación de la razón a la realidad de nuestra vida y, al mismo tiempo, de la necesidad de espiritualidad y trascendencia que tiene el ser humano.
José Sámano
Más sobre la obra, en Facebook.